Acabo de obligarme a mí misma a ir al archivo de drive donde empecé hace unos días mi "novela guaraní", la que intentará contar la vida completa de Anahí, la de la leyenda del ceibo. Tenía ganas de contar su vagar por el bosque como siento yo mi desplazamiento por mi propia casa y tenía ganas de crear a este personaje del cual solamente se conoce su muerte, pero me daba paja, esquivaba esta silla y esta pantalla hace unos días. Al fin logré venir y escribí dos páginas que me gustaron, pero el logro que motiva principalmente esta entrada es haber, quizás, en contrado el nombre "no leyendario" de mi heroína. Es Anahí en la leyenda y le había buscado un apellido en el árbol en que se tranforma: el ceibo se llama también Bucaré o Suinadí, o Zuñandi que en guaraní quiere decir "comido por los loros" (también tiene nombres latinos relacinados con la forma de cresta de gallo de su flor, pero no me gustan). Así es que estaba entre poenerle Anahí Bucaré o Anahí Zuiñandí pero me jodía la rima en acentuación aguda tan fuerte. De repente se me ocurrió que "Anahí" podía ser un apodo o un apócope de su nombre y apellido (tengo que investigar como era el sistema de nombres entre les guaraníes). Así que, por ahora, quedó como Ana Zuinandí y no Anahí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario