Logré que nadie me dijera Feliz día el 8 de marzo con diversas estrategias más o menos convincentes. Al otro día escucho en el contestador del teléfono de línea: "Hola, nada, era para saludarte, para desearte feliz día de la mujer. Eso nada más." (Voz de galán apichonado o de pobrecitoyoquehesidorechazadoporlaconchuda)
Y mirá que jamás se acordó ni de cumples ni de aniversarios ni de navidá se acordaba o se hacía el que no se acordaba para zafar.
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