Me dejo llorar y descubro cosas: Extraño mucho mucho todavía a Martín: nadie me dice como él lo linda que soy, lo poderosa, nadie está como él siempre listo para mentirme con tal de que sea feliz.
Me lastiman las amistades menos compasivas, menos incondicionales. Necesito a mi Martu que me malcriaba y era tan sencillo como estar mirando una peli con una vaso de su puta Cocacola.
Uno de los efectos secundarios de su muerte fue que dejé de ver películas, sobre todo de las que veía con él o él me regalaba. Estoy tratando de volver a verlas, pero me hacen llorar aunque sean de acción y tengan final feliz.
Nota del 6 de enero (es decir, cuatro días después): Esta entrada tiene 163 visitas propias, diferentes de las generales del blog. No lo entiendo.
Nota del 9 de enero: 233 visitas. Que alguien me explique, porfa, cómo llegan a leer esto.
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