A cada cual su isla
(La isla del tesoro, René Magritte)
No está sumergida
en un océano de agua
sino en la eternidad del tiempo
ya sin eras
del tiempo que se niega a ser
o a dejar de ser
—el tiempo sólo idéntico a sí mismo—
Perdida en el mar
no descubierto todavía:
el mar selene
Ni desierta ni habitada.
Ni populosa ni solitaria
Tiene palomas como plantas
cuyas raíces no pueden volar
Se eleva en el Imaginario
como un Dios temido
y deseado.
(Las musas inquietantes) 1999
Cristina Peri Rossi
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