Con motivo del seminario de literatura gótica en el Río de la Plata, me he pescado a mí misma varias veces en estos meses, tratando de reconstruir el camino,las fuentes, que me llevaron a conocer a varios autores que aparecen en Puán como raros y malditos (o simplemente desconocidos). ¿Dónde leí por primera vez a Levrero, a Libertella, a Orozco, a Pizarnik, a Marosa, a Armonía Somers, a Enrique Molina?
Y me enorgullezco de haberme cruzado con ellos en Diario de poesía, en El péndulo, en el taller de Susana Torres Molina (me acuerdo de su voz leyéndome los versos de Alejandra cuando los míos le parecieron parecidos). Me acuerdo de todas las revistas y periódicos under que existían , y yo consumía amorosamente, en los 80, en la puertita lateral del kiosco de Corrientes y Callao.
También debo reconocer que a la Orozco(recuerdo en particular su poema titulado "Olga Orozco")la leí y la recorté de La Nación que compraban mis padres. Eso para que vean que, en la construcción de mi propia leyenda, no oculto mi origen cajetilla, aunque podríamos llamarla "ecléctica", si quieren,digo, a mi formación ¿no?
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