Los libros están caros. Sí, carísimos. Pero también hay bebés como estos esperando a sus lectores en estado de abandono: $300 (sic, no me olvidé ningún cero) en librería Nuevos Aires, muy intensa y variada: Corrientes 1851 casi Callao.
Yo sabía que don Perez Galdós había escrito bocha (yo leí solamente Marianela, Doña Perfecta y estoy con Fortunata y Jacinta) pero ver su obra completa en esta edición hermosamente retro y para gente joven (por el tamaño de la letra y las columnas, digo) me causó una impresión sublime. Bajar cuatro tomos del estante al que llegaba en puntas de pie, no encontrar el que tenía Misericordia (que es la que necesito leer para mi nuevo seminario, además de F y J), decirle al señor si me ayudaba a buscar en los índices, abrirlos todos (porque clásico: está en el último), encontrarla en el 7mo u 8vo (creo que eran... ¿12 tomos?) fue una experiencia religiosa, sagrada, que se prolonga en mi llegada a la casa, en la inclusión en mis nobibliotecas que (ya todes lo sabíamos) no dejan de crecer porque nos hayamos mudado y reorganizado.
Los libros están caros. Sí, carísimos. Pero también hay bebés como estos esperando a sus lectores en estado de abandono: $900 (sic, no me olvidé ningún cero) en librería Nuevos Aires, muy intensa y variada: Corrientes 1851 casi Callao.
Los libros están caros. Sí, carísimos. Pero también hay bebés como estos (tapas duras, ediciones de hermoso papel, autoras que no conozco pero ya les contaré) esperando a sus lectores en estado de abandono: $400 (sic, no me olvidé ningún cero) en librería Nuevos Aires, muy intensa y variada: Corrientes 1851 casi Callao.
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