Ya me había encantado la temporada 1 hace rato. Pero para arrancar las temporadas nuevas la volví a ver desde el principio. Me encantó toda de nuevo. Qué belleza la presentación de la tercera temporada. Se ve que lo kistch es parte intrínseca de mis ética y estética.
Me encantan eses personajes que crecen, que cambian como personas vivas, con sus contradicciones y sus agachadas. Me encanta Paulina y cómo la serie va contando los sucesos juzgándolos como inaceptables y condenables pero, a la vez y por el mismo poder de la narración, divertidos, perdonables y gustosos.
Me encantan los rebobines a la juventud de Virginia en la tercera temporada y todo lo que sabemos de los hombres de su vida jóvenes. A mi edad se valora mucho ese rejunte de vida vivida y la sensación de que cada quien envejece como ha vivido.
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