El sábado pasado vino Andrés Hatum a buscar la colcha que me había encargado, pagado y no retirado hace como dos años. Una colcha histórica porque era la única que había hecho por dinero y él me la había encargado libremete por face un día en que yo publiqué que necesitaba guita urgente para el alquiler. La cosa es que se ffue a su casa y me manda mensaje que qué éxito tu colcha y acá todes se pelean pro ella así que te voy a encargar dos más: una en tonos pasteles y otra en azules y marrones. Genial. Asimétricas, como vos quieras, cuánto es, ya te deposito. No, dejá, depositame para el material y después tardo 20 días mínimo cada una. No, dejate de joder. 7 mil cada una, genial. Ya está.
A la noche me escribe de nuevo: que quiere una tercer colcha: más grande, en verdes, azules y marrones, libre, asimétrica, creá en paz. Cuánto es? 9. Lista, genial. Te deposito el total porque si no me olvido (ya se había ganado su título de mecenas hace dos años).
Al otro día a la mañana: Pau, cuarta colcha: colores pastel más naranja, violeta, verdes, blanco, amarillos. O sea todos menos negro, rojo y gris. Genial.
Y acá estos tejiendo refeliz. Voy creando una y otra y pensando en las cuatro a la vez y para la misma familia. Tratando de sorprenderles a elles y superarme en cada una y no aburrirme yo y aprovechar todo mi tiempo y mis colores. Vecina y excumpa de cole me vio en feis y me dijo que pase por su casa a buscar ovillitos surtidos. Tejer es adictivo. Se me hacen las cuatro de la mañana y me digo: "tengo que parar, tengo que parar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario