Voy logrando realmente dejar de mendigar aceptación y cariño. A nadie. Ni siquiera a mis hijes. Que al final una vive tratando de que le digan te quiero, mami o sos la mejor y total una ya lo sabe y a qué andar rogando que se lo digan cada minuto y medio.
No es tan fácil, pero ahí vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario