martes, 26 de mayo de 2020

A partir de ayer me he decretado a mí misma: Novelista

Y eso que odio lo de los decretos.

Y eso que ya lo dije mil veces y se lo prometí a mis lectores invisibles y a mí misma.

Y eso.

Pero ahora sí.

Ayer dos páginas. Hoy dos páginas. Mañana dos páginas.

Pienso en la novela de la tía Inés como mi ópera prima: esas que dice que, tanto en cineastas como en escritores, carga con todo el lastre de la desesperación y la inexperiencia del principiante, pero pienso en meterle todo todo todo, absolutamente todo lo que tengo escrito y que reviente y que me deje en paz y ya. Que cuando esté terminada pueda "aburrirme" buscando tema nuevo y desconocido. ¿Cómo seré cuando no tenga tarea pendiente en la cabeza? ¿Cuando no me acuse a mí misma de postergarme siempre?

Vengo ya dando pasos hacia este momento desde hace mucho, pero ayer escuché a Martín Solares en vivo por feis y fue genial. Yo ya había hecho un taller con él en Baires, creo que tipo 2012? o 2008? No encontré datos, no busqué apuntes, pero me huele que ya había llevado el inicio de Paulita llegando a Concordia y ovvvvvvbio, como siempre que lo muestro, todo mundo me dijo que qué interesante y que lo siga y blablabla. Y aquí me tienen, Solares dijo ayer ochenta cosas geniales sobre escribir y lo que es un cuento y lo que es una novela. Pero la que más me quedó fue que una novela es como una ballena que te traga y que cuando la terminás por fin sentís que te escupió.

Y que no hay que distraerse en las redes sociales.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...