Qué genial es el libro de Fermín Rodriguez, Un desierto para la nación: La escritura del vacío. Lo compré en mayo, de mala gana, tratando de entusiasmarme con el seminario de literatura argentina del siglo XIX que tanto rechazo me causa. Y acá estoy: Terminado el seminario, que fue genial aunque sigo odiando a Alberdi, Sarmiento y la gauchesca, leyendo este texto que combina tan maravillosamente el recorrido por los autores canónicos con las crítica de novelas y cuentos relacionados con ideas geniales que me despiertas otras ideas geniales (o no tanto) para mis trabajos académicos (del seminario y también del final que preparo hace tres años de Argentina II) y para mi escritura novelar. Tengo los márgenes todos escritos con iluminaciones (no-iluminadas) y fragmentos de frases para "Paulita y la tía Inés".
(Y recién voy por la página 116 de sus 400 y pico. Espero absorta el resorte que, dentro de mí misma, me tire de cabeza en mi propia novela abandonada y retomada tantas veces)
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