Andábamos con Ari y Yani por Corrientes. Hacía unos días yo había puesto en feis que se cumplía el aniversario de la muerte de Bolaños y no había leído nada de él completo, solamente había empezado Los detectives salvajes en casa de un señor y cuando dejé de verlo no me avivé de manotear el libro.
En una de las mesas de librería Hernández vi varios títulos del autor chileno, miré la tapa roja de Los detectives y mientras la estaba mirando el vendedor la sacó de la mesa (único ejemplar) y me dolió ver cómo se me iba.
Al rato, en el cine, cuando nos habíamos ya juntado con otros amigos, me dieron la sorpresa: Feliz regalo de cumpleaños atrasado, dijo Ariel, y me dio una bolsa de librería Hernández con un paquiete envuelvo dentro de cual estaba "mi" Detectives de tapas rojas.
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