Yo sabía que era buena: ya la había empezado en casa de un señor y me había quedado con ganas. Ahora, regalo de mis maravillosos amigos, la novela se ha impuesto por encima de todo lo que estaba leyendo y tenía por leer, de repente me ha ocupado todo el día y los viajes en tren y las noches tardías de vacaciones.
No puedo ni copiar algún fragmento porque es toda genial. No puedo ni explicar por qué. Pienso a quién más le gustaría y no sé por qué me gusta tanto y cómo explicar ese mundo de poetas, de jóvenes latinoamericanos, esos devenires sin mayor conflicto y con todos los conflictos del mundo.
Deslumbrante. Ya podré, cuando avance, cuando la termine, quizás, decir algo más sustancioso.
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