viernes, 19 de julio de 2013

De la que nunca, enteramente, nos secamos

A Bohneldorff


Juan José Saer


Que uno solo de nuestros amigos avance
y en el acto, nomás, y armoniosamente, todos estamos
con él, otra vez, en la primera línea de fuego,
cantando contra toda aspereza. Bohlendorff:
tu Fernando te muestra de cuerpo entero
como alguien que se encuentra
en la ocasión de estar dándolo todo de sí,
en el centro, como en su hogar, de un rayo lento.


Lo nacional
equidista sabiamente
de la sangre y de las banderas
y se da, para la lengua, en el rigor. La infancia
es el solo país, como una lluvia primera
de la que nunca, enteramente, nos secamos. Y aunque
yo viaje, ahora, al mediodía, toda
esta niebla, común, perdurará.


(...y, probablemente,
el horror de años que me espera
trabajándome, desde dentro, con su semi oscuridad,
sea, en comparación
de esos fantasmas que dicen serme
contemporáneos
la salud más grande).




De El arte de narrar.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...