El vértigo de las frutas
Posted on 13 diciembre, 2012 by Gah
Por Natalia Castro
Mi amor es sucio y blanco como una duda, o como la camisa de domingo de los niños angoleños. Así, dejadme que os explique, se alza y se deprime mi marea. Así voy escuchándome la histeria circular de los trombones. A veces pienso que es, solamente, un vértigo de fruta. A veces querría una puerta. Me acuesta con sus manos de llanto y no sé si guardarlo en un bolsillo. Cómo dibujarle la sombra a este miedo; diré más, la habitación está llena de marcas de dientes, muescas diminutas, camitas donde se acuna al pulgón. Ese barco que se mece contento, como si soñara un heliotropo, lleva nuestros apellidos, y un sonido de claxon equívoco (suena al timbre de una motocicleta). Tengo sangre debajo de las uñas, las pinto para que no la veas gotear. Es, decía, un dios, pequeñito, que devora con sorna la tierra del macetero y vomita Vía-lácteas.
Tomado de http://jeantarrou.wordpress.com/
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