Un fenómeno literario gracias a Rosalía
La Universidad de Murcia reedita ‘El roman de Flamenca’, un clásico del siglo XIII, por su papel inspirador en el último disco de la cantante catalana, ‘El mal querer’
Madrid
El fenómeno Rosalía no se reduce a la parcela musical. Su influencia ha llegado al terreno de las letras. De rebote y sin las cifras astronómicas que acumulan sus vídeos o sus conciertos, pero con un empujón inesperado: ‘El roman de Flamenca’, un libro medieval francés editado por la Universidad de Murcia, ha logrado recientemente una segunda edición gracias a que ‘El mar querer’, último disco de la artista catalana, está basado en él. Este texto del siglo XIII inspiró supuestamente los 11 capítulos que conforman el álbum. Un factor clave, aparte de su valor intrínseco, para que las ventas se hayan triplicado: de 300 copias vendidas a duras penas durante los ocho años que llevaba en el mercado se ha pasado a 1.000 en pocos meses.
Un éxito imprevisto que Jaime Covarsi, autor de la traducción, no se esperaba. “Tenía un público muy académico. Ahora lo compran hasta adolescentes”, comenta asombrado en un bar de Madrid. Desde que Editum, la editorial encargada de la obra, anunció en enero una impresión nueva, este profesor extremeño nacido en 1975 no ha parado de dar entrevistas y explicar el origen del libro y su relación con el álbum de Rosalía. Algo que nunca imaginó hace más de una década, cuando empezó el estudio de ‘El roman de Flamenca’ (sin tilde, al proceder del galicismo ‘roman’ significando ‘novela’): “¡Es que no tiene nada que ver con el flamenco!”, exclama.
Porque lo que hay entre sus más de 300 páginas es un relato tan asombroso como el camino que ha recorrido hasta poder ser leída en nuestro idioma. Resumiendo mucho, se podría decir que el ‘roman’ es la historia de Flamenca, una mujer sensual encerrada en una torre por los celos de su impuesto marido, el señor de Bourbon-l’Achambault. Su única forma de ser liberada depende del caballero Guillem de Nevers, que inventa una estrategia sin igual para conquistarla: se mete a monaguillo y la va seduciendo cada vez que le da la ostia consagrada. Todo transcurre en Occitania -región del sur de Francia, pegada a Cataluña- entre los años 1223 y 1227. Y supone un ejemplo paradigmático de una concepción del amor diferente, que posteriormente se amplió en títulos tan conocidos como ‘La Celestina’ o ‘Madame Bovary’.
Se calcula que está escrita a finales del siglo XIII. Algunos marcan una horquilla de 30 años, entre el 1240 y el 1270. Y su única copia original se encuentra en la biblioteca de Carcasona desde 1834. Hasta ella llegó Covarsí gracias a su tesis, centrada en literatura medieval. “Tardé unos cinco años en prepararla”, afirma el experto, doctor en Filosofía y Filología Hispánica que ahora da clases en un instituto de Extremadura. La presentó en 2005, momento en que aún no había ninguna traducción.
Laguna que se solucionó en 2010 con una versión en catalán realizada por Antón María Espadaler, profesor de la Universitat de Barcelona y con la de Covarsí. Para trasladarla al castellano, el autor se lanzó de lleno: prefirió adaptarla desde el occitano que desde el francés. Necesitó gramáticas y diccionarios específicos. “No es tan complicado”, arguye, restándole importancia, quien cayó rendido inmediatamente por el contenido, que reivindica como de gran valor independientemente de este impulso repentino.
“Flamenca viene del latín ‘flama’, el nombre de la protagonista. Se refiere a la mujer ardiente, luminosa, que era ella”, analiza Covarsí, “y hay cuestiones sobre sexo, sobre el mundo de la caballería o sobre la corte. Abarca muchos temas, todos relacionados con el amor”. Rosalía, indica el profesor, le ha dado forma al argumento con una narración musical y ambientada en el mundo caló. “Me gusta mucho cómo ha quedado. Y sí creo que está justificado el vínculo entre la obra y las letras”, cavila. Según un artículo del diario Abc, el responsable de este descubrimiento fue el artista Pedro G. Romero, que se acordó de ‘El roman de Flamenca’ cuando se juntó con la cantante y hablaron sobre la “construcción cultural” que es el amor.
Iniciaron entonces una colaboración que derivó en esta producción inigualable. ‘El mal querer’ salió en pequeñas dosis hasta presentarse completo, con cortes que transitan desde el encabezamiento de ‘Augurio’ hasta el de ‘Poder’. “La novela no tiene apartados y Rosalía le pone un nombre a cada episodio, muy inteligentemente. Es un texto truncado. De hecho, el manuscrito de Carcasona tiene 8.025 versos y le faltan el principio y el final”, analiza Covarsí, que cree que el libro consultado por la cantante fue el de Espadaler, también separado en apartados. “Da en el clavo, porque el ‘roman’ tiene una riqueza asombrosa. Examina los celos hacia una chica muy joven, de unos 13 o 15 años, que ya estaba en edad casadera, o su empoderamiento, rebelándose ante los malos tratos”, señala vivaz, añadiendo que es probable que esté basado en una historia real: “En 1196 se documentó un episodio similar con Gaucher de Vienne y su esposa Mathilde, señores de Bourbon-l’Archambault”.
De hecho, en Francia es un manual de referencia. “Podría haberse perdido y sería una pena, porque es una maravilla. En toda Europa es de culto, aunque en España, quizás porque hemos mirado más la tradición árabe, no ha llegado a nuestros temarios”, lamenta el profesor. “Yo lo uso a veces en clase”, confiesa Covarsí, que acaba de escribir ‘Lucharé por encontrarte’, una crónica sobre la desaparición de Francisca Cadenas, madre de un antiguo alumno. Los actuales le dicen a menudo que lo han visto por la tele. Algunos hasta compran el libro. Todo gracias a Rosalía, que también ha alcanzado el ámbito literario, y no solo por introducir la coletilla ‘malamente’ o la onomatopeya ‘tra trá’.
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