jueves, 13 de julio de 2017

Hombre que fue niño en los ochenta

Dice en feis Pablo Mendez
10 consideraciones sobre un hombre que fue niño en los ochenta.
1- Mi vieja me compró unos pantalones nevados en una boutique coreana, en la calle Constitución en San Fernando. El celeste era muy celeste y el blanco era muy blanco. Parecía la escenografía de Tinelli para las fechas patrias, faltaba que Valeria Lynch me saliera de la bragueta para cantar el himno. En compensación me compró un llavero con un revólver en miniatura que tiraba cebitas.
2- Nunca me fui a dormir antes de las 10 de la noche. Sistemáticamente, desde el televisor, durante casi toda esa década, una voz me llenaba de misterio: "Cuando se apaga la luz, se prende Gimonte". Nunca pregunté qué era pero una vez un tío le dijo por lo bajo a mi viejo que se puso el Gimonte y que se tuvo que tirar a la zanja llena de agua podrida porque no paraba de quemarle. (perdón puse "Gimonte", "zanja" y "paraba" en la misma oración).
3- El diccionario coloquial de época siempre es machista, o mejor dicho quienes lo imponen. Las mujeres en los ochenta eran neurasténicas (después fueron histéricas, después ciclotímicas, después borders). Había sátiros y no violadores.
4- Mi tía Claudia me llevó a ver "Mingo y Aníbal contra los fantasmas" y "Trapito". No sé si existe la figura legal de tortura psicológica cinematográfica. Creo que me salvó la vida que años después mi abuelo me llevó a ver "Robotech".
5- Debo confesar que las primeras tetas que vi en la tele fueron las de Linda Peretz (sí, la Flaca Escopeta) en una peli de Olmedo y Porcel, de reojo mientras mi vieja me decía que me vaya a dormir porque esas películas eran "prohibidas". El primer desnudo completo que vi en la tele feu en una película de zombis que imagino sería de Romero.
6- Cuando hablaban de la "peste rosa" yo me imaginaba que era un virus que se transmitía por ver la Pantera Rosa.
7- Llegué tarde a todos lados: colegio, cumpleaños, etc. Mi viejo tardaba 40 minutos en estacionar el Dodge Coronado, nunca encontraba lugar. Medía como cuatro metros. Adentro, tranquilamente, podría haber puesto un Anafe y un baño químico.
8- En mi primer asalto bailé "In my Dreams" de REO Speddwagon con la chica que me gustaba. En lo mejor del baile le dio gracia algo y se rió, se le salieron los mocos de la nariz y se fue corriendo. Posibilidad de primer beso frustrada.
9- Los ochenta fueron mi peor etapa futbolística. Jugaba de arquero porque en otro lado no servía (después la cosa se revirtió). Pero tuve un momento de fama efímera. Le atajé un penal al Chaco Rúa y ganamos el partido. Al día siguiente seguí siendo el loser de siempre.
10- En el kiosco del colegio vendían los mejores alfajores de maicena que probé en mi vida. Durante un mes los comí todos los días hasta que mi estómago dijo basta. Fue tal el empacho que me agarré que tuvieron que llevarme de urgencia a una curandera para que tirara el cuerito. Nuca sentí tanto dolor en mi vida.
10 bis- Mi primer éxito literario fue en 5° grado. Me gané un 10 en una composición en la clase de lengua. Plagié de forma obscena "Las joyas del Nabuti" o algo así de Elije tu propia aventura.
Me encanta
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