Virginia asistirá
Participan:
Ilse Fuskova
Pastor Roberto González
Marcelo Ernesto Ferreyra
La Revista Confidencial Argentina y el Boletín LA HORA Lésbica, gay, travesti, transexual marcan dos puntos culminantes de un proceso que dio carácter y modificó las estrategias del movimiento en torno a la idea de unidad en la diversidad bajo una luz comunitaria. Ambas publicaciones son el resultado de dos momentos históricos distintos del movimiento argentino por la diversidad sexual.
Confidencial surge en 1993 como resultado de la Primera Marcha del Orgullo Lésbico Gay. Enfervorizada por ese contexto, la periodista mexicana Amparo Jiménez, que había ya lanzado una revista con el mismo nombre en Costa Rica, ofrece la propuesta de repetir la experiencia en Argentina. El anhelo de diversidad se expresa desde el comité editorial que, además de incluir a la propia Amparo como activista lesbiana y a integrantes de GaysDC, también suma a Karina Urbina, representante de la organización trans TRANSDEVI.
Confidencial es la primera publicación que en un mismo ejemplar incluye artículos de y para lesbianas, gays, travestis y transexuales, pero además, en su pretensión de ser el órgano de difusión de una comunidad diversa, también ofrece un directorio gratuito de organizaciones y emprendimientos comerciales para la comunidad. Como órgano de difusión comunitario Confidencial no tenía objetivos comerciales, pero aun así, bajo la idea de que la comunidad en sí debía contribuir a su sustentabilidad, contaba con una pauta comercial fija.
LA HORA, por su parte, marca el punto culminante de logro de ese proceso que Confidencial lanza como iniciativa. Un movimiento diverso ya conformado que se reúne por primera vez en el Primer Encuentro Nacional LGBT de Rosario, Santa Fe, en 1996 para tomar decisiones estratégicas, entre ellas, lanzar un boletín que actúe como vínculo político con una comunidad más amplia. LA HORA retoma las estrategias de diversidad de Confidencial, pero las lleva a su máxima expresión. En sus primeros números no aparece mencionado el equipo editorial, pero en este caso, ya no como en el pasado, en respuesta a los desafíos del par visibilidad/invisibilidad que proponía el cuerpo social del momento. Ahora esa estrategia tiene que ver con una propuesta desde la comunidad/para la comunidad donde los nombres propios o el vínculo organizacional representan un obstáculo estratégico. Las organizaciones desfilan por turno en cada número de LA HORA para presentarse al público como integrantes de algo más amplio, que no solo les da un lugar a nivel nacional, sino dentro del naciente movimiento Latinoamericano. LA HORA incluye entre sus páginas el primer Boletín Regional bilingüe de la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays). Mantiene también el directorio de organizaciones, los avisos comerciales para la comunidad, la pauta publicitaria que permite la distribución gratuita, y se invita a escribir en cada número a diferentes activistas sobre temas específicos sin necesidad de que se integren de forma permanente al comité editorial. Esto permite una pluralidad de voces y la cobertura de un rango muy amplio de temas e intereses. Se publican también convocatorias y reportes sobre actividades militantes tanto propias del movimiento como de otros movimientos en los que algunos grupos participaban (como el Encuentro Nacional de Mujeres). La distribución se hacía tanto en los espacios comerciales, como discos y bares, como en las sedes de las organizaciones gltb, muchas de las cuales realizaban actividades para la comunidad no activista, alcanzado a un mayor número de personas de la comunidad más allá del círculo del activismo.
Ambas publicaciones dan testimonio del proceso de consolidación del movimiento nacional y de los esfuerzos por dialogar, comprender y comprometerse mutuamente con mayor profundidad entre los grupos de gays, lesbianas, bisexuales, travestis y trans, configurando un auténtico movimiento gltb que sólo como tal pudo obtener los logros que hoy día conocemos.
Ilse Fuskova
Pastor Roberto González
Marcelo Ernesto Ferreyra
La Revista Confidencial Argentina y el Boletín LA HORA Lésbica, gay, travesti, transexual marcan dos puntos culminantes de un proceso que dio carácter y modificó las estrategias del movimiento en torno a la idea de unidad en la diversidad bajo una luz comunitaria. Ambas publicaciones son el resultado de dos momentos históricos distintos del movimiento argentino por la diversidad sexual.
Confidencial surge en 1993 como resultado de la Primera Marcha del Orgullo Lésbico Gay. Enfervorizada por ese contexto, la periodista mexicana Amparo Jiménez, que había ya lanzado una revista con el mismo nombre en Costa Rica, ofrece la propuesta de repetir la experiencia en Argentina. El anhelo de diversidad se expresa desde el comité editorial que, además de incluir a la propia Amparo como activista lesbiana y a integrantes de GaysDC, también suma a Karina Urbina, representante de la organización trans TRANSDEVI.
Confidencial es la primera publicación que en un mismo ejemplar incluye artículos de y para lesbianas, gays, travestis y transexuales, pero además, en su pretensión de ser el órgano de difusión de una comunidad diversa, también ofrece un directorio gratuito de organizaciones y emprendimientos comerciales para la comunidad. Como órgano de difusión comunitario Confidencial no tenía objetivos comerciales, pero aun así, bajo la idea de que la comunidad en sí debía contribuir a su sustentabilidad, contaba con una pauta comercial fija.
LA HORA, por su parte, marca el punto culminante de logro de ese proceso que Confidencial lanza como iniciativa. Un movimiento diverso ya conformado que se reúne por primera vez en el Primer Encuentro Nacional LGBT de Rosario, Santa Fe, en 1996 para tomar decisiones estratégicas, entre ellas, lanzar un boletín que actúe como vínculo político con una comunidad más amplia. LA HORA retoma las estrategias de diversidad de Confidencial, pero las lleva a su máxima expresión. En sus primeros números no aparece mencionado el equipo editorial, pero en este caso, ya no como en el pasado, en respuesta a los desafíos del par visibilidad/invisibilidad que proponía el cuerpo social del momento. Ahora esa estrategia tiene que ver con una propuesta desde la comunidad/para la comunidad donde los nombres propios o el vínculo organizacional representan un obstáculo estratégico. Las organizaciones desfilan por turno en cada número de LA HORA para presentarse al público como integrantes de algo más amplio, que no solo les da un lugar a nivel nacional, sino dentro del naciente movimiento Latinoamericano. LA HORA incluye entre sus páginas el primer Boletín Regional bilingüe de la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays). Mantiene también el directorio de organizaciones, los avisos comerciales para la comunidad, la pauta publicitaria que permite la distribución gratuita, y se invita a escribir en cada número a diferentes activistas sobre temas específicos sin necesidad de que se integren de forma permanente al comité editorial. Esto permite una pluralidad de voces y la cobertura de un rango muy amplio de temas e intereses. Se publican también convocatorias y reportes sobre actividades militantes tanto propias del movimiento como de otros movimientos en los que algunos grupos participaban (como el Encuentro Nacional de Mujeres). La distribución se hacía tanto en los espacios comerciales, como discos y bares, como en las sedes de las organizaciones gltb, muchas de las cuales realizaban actividades para la comunidad no activista, alcanzado a un mayor número de personas de la comunidad más allá del círculo del activismo.
Ambas publicaciones dan testimonio del proceso de consolidación del movimiento nacional y de los esfuerzos por dialogar, comprender y comprometerse mutuamente con mayor profundidad entre los grupos de gays, lesbianas, bisexuales, travestis y trans, configurando un auténtico movimiento gltb que sólo como tal pudo obtener los logros que hoy día conocemos.
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