Volvimos de Jujuy
Mis amigues jujeñes son lo mejor que hay. Y los salteños y tucumanos que me hice nuevos también. Ahí voy a aceptar todas las solicitudes y a mandar las que me falten.
Comí tanto en estos 5 días que voy a estar a mate con banana durante toda la semana.
Mi mejor puteada para el vuelo de anoche y su subir y bajar sobre aeroparque por la lluvia. Avisen que es normal irse para Ezeiza cuando llueve porque una, en pánico y los oídos explotados, ya se cree protagonista de titular catastrófico.
Recibimientos: Fido multiplicado en pelos por todos los rincones, Hijo que promete que mañana me escucha contarle todo, Ombú transplantado de maceta a balde con nuevos brotes, Muni con sus patitas de lluvia marcadas en todos mis apuntes, Loto ni bola, Lanegra con nuevos lugares de reposo para acosarme, Camita de dos plazas con mis sábanas, mi acolchado, mi manta, mis almohadores. Con Netflix todavía no me reencontré.
Aquí está mi Yo de nuevo bonaerense pero siempre enjujeñado.
Hola casita embarrada, trajimos un poquito de sol jujeño.
Buen día Buenoayres y alrededores
Por fin pude escuchar a Florencia Abbate hablando de Libertad Demitrópulos: genial su dulzura, su inteligencia, su poder de comunicarse hermosamente incluso en el marco de uan conferencia plenaria llena de cartones académicos.
Pregunté por los libros que me faltan de mi poeta jujeño preferido Ernesto Aguirre en las dos librerías del centro y en el centro cultural donde participé de la presentación póstuma de su último libro. No conseguí esta vuelta pero me hicieron prometer volver y no me pude resistir.
En la plaza de Tilcara había dos chicos haciendo música en un banquito ahí no más. Como en cualquier plaza, como en cualquier esquina. Qué placer sentarse casi cerquita y colgar la cabeza en el respaldo del banco de madera y tomar agua no más y hacer mis ejercicios respiratorios y vocalización dentro de esa postal.
Munasqechay tuta punchay maskakunay tarispa suscucunay warmisitay munasqechay tuta punchay maskakunay tarispa suscucunay warmisitay qanraykullay ña karin vid...
Me regalaron dos libros de poemas y uno de cuentos: los voy a ir leyendo despacito y compartiendo de a poquito para estirar mi enjujeñamiento.
Fuimos a karaoke jujeño y me sentí muy mal: No conocía ninguno de los clásicos del patetismo kistch propio de estos eventos. Tengo que ponerme al día
;)
Estoy en Jujuy y se me pegan las variedades linguísticas de jujeñes, salteñes, tucumanes, cordobeses, chilenes, mexicanes. Cuando me preguntan de dónde soy, digo "de acá" y hago toda una deriva de orígenes, amores y elecciones políticoanarquistas para hablar.
Dejé mi nuevo libro como material de lectura en la librería-café de Tilcara, Mamakoka: para cuando quieras leer poesía con pancitos violetas y jugos mágicos.
En Tilcara,
Viva Tilcara: mis pilchas favoritas cuyo posnet no había funcionado toda la semana hasta que llegué yo a hacer destrozos con la visa.
Ayer fuimos a comer un lugar hermoso en Tilcara: patio genial, músico niño genial, comidita genial. Lástima que la cagó el precio de la ensalada de peras acarameladas y rúcula y que la señora a la que le pedí un gajito de una planta que no tengo me cobró 40 pe la macetita.
Dejé 7 cajones de manzanas podridas en Jujuy, otro con destino a Salta y otro a Tucumán. Ojalá les guste la mermelada por esos pagos.
Otro buen recibimiento: Ensayo de murga en la plaza de mi esquina: tocan canciones geniales cuyas melodía me zumban en la cabeza pero sin palabras porque el redoblante y el clarinete anulan todo lenguaje verbal.
Otro buen recibimiento: mi dodge, que no quiso arrancar el lunes pasado y estuvo toda la semana abandonadito, ahora arrancó sonriendo. Parece que mañana sí queremos ir a la escuela.
Esperando la combi para ir al aeropuerto de Jujuy, llena de bolsos y bolsas como ekeko deforme, me hubiera gustado sacar la caja coplera que le traje a Mabel y cantar "Juan Poquito" paradita en la esquina.
No toqué la guitarra en todo el viaje, ni me animé al karaoke en Arde Roma, pero con el Augusto vinimos cantando romances y canciones de María Elena Walsh en el micro.
Que el cerro de 7 colores, que el de 14: con la Sil nos pusimos a contar colores por la ventana del micro.
Los cerros de la Quebrada son tan bellos que parecen obra de arte recortada y pegada sobre cielo.
Me enamoré de aritos de pluma, cobre, aguayo y artesano tilcareño.
Cómo me gustan los guachiturritos jujeños: les queda genial el rapado, los pircings y expansores y los pantalones cagados.
Mi pelo violeta despierta simpatías callejeras y risas cómplices: un artesano en Tilcara me dijo si no me había salido de la remera (también violeta) cuando la pintaron. Le dije que, al revés, me estaba destiñendo sobre la remera.
Es muy gracioso vivir 5 días en hostel con gente desconocida o casi y estar explicando y escuchando explicaciones sobre manías para comer, dormir, ir al baño. Sin comentarios sobre mis caras en el desayuno y tener que vestirse todo el tiempo para ser observada y comer en mesas.
Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
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