“Al escritor se le pide que sea el rumiante de la tribu, que mastique a fondo ese alimento que hemos comido y que los demás no han tenido tiempo de analizar. El sacrificio es dejar de vivir un poco para escribir, y ahí hay una traición a la vida. Dar un paso atrás mientras los demás están en la trinchera, para poder ver. En uno de mis poemas el hermano mayor abre camino y el menor se vale de la labor del otro para hacerse artista. Esa es mi visión de un artista y de un escritor: el que se repliega un poco para iluminar las cosas. Y ahí hay también una pequeña traición a los demás”.
Fabio Morábito
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