Hace unas semanas que nuestro perrito Rocco volvió a ser polvo de estrellas. Rocco, mi hijo perruno por un corto tiempo, luego de mi hermana y luego cuando nos mudamos ambas pasó a ser el hijo de mis papás. Pero para ser sincera quien siempre lo cuidó, engrió y crió fue mi madre.
Karenina y yo fuimos quienes "lo trajimos a la vida" porque cuando Rocco y sus hermanos nacieron fuimos nosotras quienes los sacamos de las bolsitas de placenta que Mado no sabía cómo romper. Kare hasta aspiró sus narices para que pudieran respirar. Esa madrugada del 2007 que encontré a Rocco en una esquina congelado, envuelto en un pequeño saquito que Madonna arrimaba con su nariz como preguntándose WTF es esto que acaba de salir de mí, me enamoré de él. Kare aspiró su nariz y yo lo froté entre mis manos durante una hora hasta que ya no era un minipeluche inmóvil, sino un chihuahuita que emitía un llanto casi imperceptible. Esa Navidad lo llevé donde mis padres y aunque les costó mucho aceptarlo, se convirtió en un hijo más. Viví su primer y último respiro. Nunca dejó de ser mi principito.
Recuerdo todo esto por dos cosas: la primera es porque creo que este es el primer día de la madre que todos los hijos de mi mamá estamos lejos de ella. Porque nunca pensé verla quebrarse tanto por la muerte de Rocco, inconsolable. Rocco era, como ella le decía, "su niñito". Me costó mucho darme cuenta que efectivamente era su hijo, nunca la mascota, nunca el perrito que mi hermana y yo dejamos en casa tras mudarnos y hacer nuestras vidas aparte. Lo amaba tanto como yo a Pika. Mi mamá tiene hijos muy diversos :)
La segunda es porque ahora Karenina y Mora son madres de Diego, un pequeño ser humano que no puede ser más afortunado de tener tanto amor y cuidado de estas dos madres. Porque yo lo he vivido, lo he visto, he sido parte de cómo antes de Diego, Kare y Mora han sido madres (de su hija Zoe, de sus sobrinos Facundo y Papita, etc) y ahora no solo tienen la valentía de decidir ser madres en medio de toda esta agotadora "cacería de brujas" en la que se está convirtiendo ser parte de la comunidad LGBT en nuestro país, sino también tienen el coraje de dar la cara públicamente en un medio a nivel nacional y decir aquí estamos, existimos y nos merecemos los mismos derechos que cualquier familia, que cualquier ciudadano. El derecho a ser feliz, el derecho a ser amado, el derecho a ser parte de una familia. Y el derecho de tener leyes que nos protejan y amparen a todos.
Leo algunos comentarios sobre el artículo. Muchos están llenos de mensajes coherentes y positivos. Pero otros son sorprendentes a nivel de odio. Qué poca conexión humana para que algunos crean que "madre" o "familia" son conceptos que se pueden definir a partir de una ley o una religión. Yo fui criada por cinco madres: mis abuelas, mi madre y mis dos tías, que a la vez eran madres de tantos otros hijos. Todos formamos parte de una gran familia, disfuncional, imperfecta, como cualquier otra, como casi todas. Crecí rodeada de mucho amor.
No sé quien habrá inventado esa frase cliché y poco cierta de que madre solo hay una. No hay definiciones ni límites para ser madres o ser familia. Sino pregúntenle también a mis amigos que son padres solteros, a quienes han adoptado y han sido adoptados, a quienes han elegido a su familia, (o a mi madre que aún llora a "su niñito").
Madre y familia son las que se sienten bonito, las que te cuidan, las que te crían y con las que creces, con cariño.
Lo que opine el resto es solo palabrería, cinismo y fanatismo de poca monta al que solo queda resistir como nuestras madres (todas) nos enseñaron: con amor.
Feliz día mamás.
Madre y familia son las que se sienten bonito, las que te cuidan, las que te crían y con las que creces, con cariño.
Lo que opine el resto es solo palabrería, cinismo y fanatismo de poca monta al que solo queda resistir como nuestras madres (todas) nos enseñaron: con amor.
Feliz día mamás.
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