Yo, que tengo el inconciente a flor de piel, en medio de mi invalidez, de mi cagazo por amor intenso, de hijos e hija soltando amarras, yo, cuyos sueños recurrentes eran con casas y autos inmanejables, soñé:
Por un lado, que Magda y su amiga estaban en mi auto, yo en otro mirando, teníamos que salir de un terreno por un portón, alguien le hacía señas a ella pero yo veía que iba mal, yo le gritaba que se iba a chocar con otro auto que estaba detrás, que se iba a caer en la zanja, que no le embocaba al portón. Y ella le daba marcha atrás al dogecito no más y le pasaba por encima al otro auto tipo tanque con ruedas de oruga.
Por otro lado (acabo de recordarlo al abrir mi ventana y ver su puerta), que Rafa, al irse de viaje (debe estar ahora mismo en el tren) me dejaba el jazmín que está sobre la entrada de su bulín, todo podado y hasta sacado de raíz, despejada toda esa zona. Me decía que le molestaba para entrar y salir (con tantas ramas asfixiantes como brazos maternos, agrego yo ahora que lo pienso).
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