No estoy ejercitándome adecuadamente en el dar lástima: mi gente cree que puedo seguir haciéndolo todo sola.
Con marido feo y panzón cualquiera es recatada, ahora con uno lindo como el mío, ¿quién se aguanta la tentación?
Mi señor me llevó a Coto. Primera vez en la vida que elegimos juntos el aceite, la mayonesa, las aceitunas, los pikles. Fuimos una de esas parejas de postal que me causaban envidia antes, je.
En la rampa del super: ¿Me atajás abajo o me empujás de arriba?
Puso un poco de mala cara para meter la silla en el baúl y dejarlo abierto, pero no dijo nada y me dejó hacer mi capricho.
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