Digo: No me gusta comer caca de perro. Me dicen: Entonces comé caca de gato. Digo: No me gusta tampoco. Me dicen: ¿Preferís la de vaca o la de caballo? Digo: No me gusta comer ningún tipo de caca. Me dicen: No hay otra cosa. Digo: Si tengo que bancármela, me la banco pero no van a lograr que diga "qué rica".
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