lunes, 20 de julio de 2009

Las teorías salvajes, primera novela de Pola Oloixarac

BESTIARIA

Enero 17, 2009 de lamujerdemivida





Terminé de leer “Las teorías salvajes” de Pola Oloixarac (Editorial Entropía) y al cerrar la última página, quería más. La autora presenta a sus personajes por etapas, entrelaza historias, va y viene entre pequeños mundos: el profesor perseguido por una alumna que despliega sus dotes de nínfula por las escaleras de la universidad pública sin lograr que éste ceda a sus embates; la pareja de cinéfilos entrenados en sarcasmo que se entrega a un ménage à trois (con un testigo onanista); la misma alumna perseverante que busca enredarse con otro hombre, sólo para pavonearse ante el profesor con una presa famosa prendida entre sus dientes. Como una versión actualizada de la Justine de Durrell, la jovencita seduce cerebros con forma de hombre, queriendo alzarse sobre sus teorías como lo haría su espalda arqueada sobre sus cuerpos. Todo envuelto en esa autoconciencia joven-bella-sexual-inteligente, la certeza del deseo propio y ajeno, la vida toda desplegándose sobre la piel.
El gran descubrimiento de Oloixarac es lo que podría llamarse el “erotismo del desagrado”, sobre todo cuando la alumna busca seducir a ese hombre que no le atrae, un escritor de renombre que le sirva como trampolín hacia su verdadera presa; cuando el cuerpo como instrumento para fines más sublimes no se suponía un escollo (tan sólo herramienta, despegado, impersonal) pero basta con que un olor agrio se cuele de una axila o un bigote para que sobrevenga el asco y la sola idea de un forcejeo entre cuerpos resulte violatoria, vejatoria, consentida y horrible.
La novela está tan cuidadosamente bien escrita, que es curioso que su autora tenga apenas 31 años y que ésta sea su ópera prima. Oloixarac hace del lenguaje un terreno para el juego, la erudición, la pretensión voluptuosa de un castellano que se vuelve fastidioso cuando teórico e insidioso cuando humano. “Las teorías salvajes” es una celebración a las palabras que hace honor a su título: muchas de sus ideas dejan marcas como las bestias.

Eugenia Zicavo

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...