Soñé que me asomaba por la ventana de la casa de mis viejes, la de la pieza de abajo que compartí con mi hermanas de los 10 a los 17 y volvió a ser sólo mía a los 31 y 32 años, la que tenía las persianitas verdes que ahora cuelgan con macetas en mi patio, me asomaba y veía que la pileta llegaba hasta el borde de la ventana. Estaba toda llena de agua, había Algunes ninies que no sé quiénes eran y, en el medio, mi vieja sonreía orgullosa de su reforma. Después aparecía mi viejo, también con ese orgullo del hacedor de cosas prácticas, y no mostraba cómo el agua se iba y se transformaba todo en patio. Yo preguntaba dónde se fue toda el agua. Había debajo de las baldosas una compuerta que se movía con una palanca y guardaba toda el agua hasta que querías volverla a subir. Muy ingenioso.
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