jueves, 12 de marzo de 2015

Anticastillo de terror

Siempre fue mi técnica para no llorar por lo que no es: imaginarme lo peor que pudo haber sido:
+ convertirnos en una pareja de las que no hacen payasadas porque se toman todo seriamente y tener al bodoque pegado al orto toda la vida
+ decidir, hasta desear, otro hijo suyo a los 46 años,llegar a creer que él se merece otra oportunidad, o que no quiero que lo tenga con otra, y dejar de lado mis proyectos académicos, mis viajes, mi deseo real real de ser escritora porque madre ya soy.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...