Desgraciadamente. El pelotudo dice que no podemos ir juntos a ningún lado porque miro tipos. Y a mí me gusta tanto mirar para todos lados, ir a todos lados, respirar amigos y amigas, ver la vida enorme y desplegada. Y él me asfixia tanto, es tan mezquino en su ver solamente chongos, solamente traición. Aunque, en el fondo, sabemos que no es eso, que necesita ayuda terapéutica ya desde hace años.
Así que yo soy feliz de tener amigos y amigas que me sacan a pasear. Ayer fue el Encuentro de la palabra en Tecnópolis adonde no había ido nunca aún. Una maravilla los papás de Luci y la nena que me bancó incluso sin la presencia de mijita, su amiga (Siempre es más fácil con madre o hija ajena). Párrafo aparte para el encuntro con Ariel Bermani vendiendo sus propios libros y los de su Editorial Conejos. Me preguntó cómo llegue a leer su Leer y escribir, me acordé que fue por Prisioneros de la torre de la Drucarof, nos quedamos hablando un rato (de madres, de hijas, de libros) y me firmó los dos nuevos que le compré.
¿Por qué Gustavo no entiende estas cosas? ¿Por qué no ve que mi amor por él crece y no disminuye cuando soy feliz con otra gente y en otros lugares?
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