Comedia romántica básica pero me gustó. Porque necesito alimento sentimental (¿ya lo dije por aquí?) y porque me encantaron las gentes mexicanas retratadas desde el prejuicio yanqui pero con alegría: todas las mujeres parecen Frida Kalo, todas las casas son coloridas, abarrotadas y ruidosas, todo el mundo baila rancheras y come guacamole, todos los diálogos incluyen "ándale, ándale".
Eliminan de mí todo racionamiento crítico los finales con amores imposibles haciéndose posibles a último momento y nuevos muchachos que surgen amorosamente apensa una se ha sacado al pelma de encima.
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