La prota, que no tiene cuarto donde dormir, se hace amiga de la recepcionista del hotel y de la actriz que huye de sus telenovelas. Tres mujeres en un camerino eligiendo como "scargots" o "macarroni".
Ellos que se encuentran por la calle, entre el bar donde ella está a prueba y el lugar donde el padre de él remata la colección de arte de su vida porque empezó como taxista y no quiere terminar "como guardián de museo".
El pianista que ama tocar el piano en hospitales y delante de 10 personas y odia las giras y los grandes conciertos. En medio de una pieza se saca todo el traje y sigue tocando en camiseta, porque tenía calor y así está mejor.
Ella y sus paseos por la ciudad.
La actriz que no se banca ponerse en la cabeza ese sombrero "gallináseo" y tiene que bancarse al director de teatro y a su productor que le ofrece millones por una telenovela pedorra y exitosa por la que todo el mundo la reconoce por la calle.
El pianista que le reprocha a su esposa obligarlo al lujo y sus conciertos magestuosos mientras él quiere irse a vivir al borde de un lago. Ella le dice que lo ama porque llora cada vez que lo escucha tocar el piano, él dice que seguirá tocando pero más tranqui.
"El beso", la escultura preferida de la madre muerta que el hijo quiere comprar en el remate pero el padre saca de la venta y se la deja. Cuando Jessica, la prota, la ve por primera vez dice que le dan ganas de enamorarse. El dueño dice que eso le hubiera gustado al escultor.
Cuando el hijo le reprocha al padre salir con una joven cazafortunas, le dice que para él será una historia de amor, pero el hijo la ve como una aprovechada. El padre contesta: "Mi historia de amor la tuve con tu madre" y "La vida es como una casa: a tu edad la construís, a mi edad la comprás."
Jessica con su abuela que le dice que es su "rayito de sol".
Jéssica que se metió a dormir en los camerinos y le cerraron de afuera y no puede salir a la mañana.
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