Yo tratando de llamarlo a Jujuy y el nene me habla por face que ya cruzó la frontera. Le leo sus mensajes a Sil y dice que cómo se me cae la baba y que no me angustie por su lejanía que es un pibe que siempre va a ser feliz donde esté y que así lo eduqué yo y que lo ama.
Y yo soy muy feliz por él. Y mi miedo me hace pensar en su padre y en contarle sus aventuras y mis sensaciones contradictorias, pero Gus está trabajando y me habla de hombres con los que dice que lo engaño. No vale la pena ni siquiera necesitar su apoyo para ser feliz.
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