Anoche me acosté bastante angustiada con todos los kilombos de Rafael (y él fuera de casa y llamó a las 12 de la noche para avisar que se quedaba en lo del amigo con el que trabaja).
Soñé como en tres episodios: En el primero mi viejo, ya mayorcito como está, agarraba su viejo Peugeot 404 blanco e intentaba manejar pero chocaba porque no veía nada. No le pasaba nada, lo llevábamos a su casa en la calle MOntevideo (la de siempre).
Por otro lado yo me veía en una comisaría, esperando largas horas para denunciar algo (no me acuerdo qué) y después me decían que tenía que venir las próximas tres mañanas a llenar y ¿acreaditar? una planilla.
Por último, Nadia y yo salíamos de una "nuestra" casa (¿la de mis viejos?) y yo le preguntaba: "¿Viste que estaba mami? ¿Vos también la viste en la cocina?" Nadia me decía que sí, las dos sabíamos que estaba muerta pero estaba y la veíamos como lo más natural.
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