viernes, 8 de octubre de 2010

Coger o cojer

Una letra que dice mucho
07-10-2010 |

Coger o cojer: esa es la cuestión.

Por PZ.

Alguna vez dijo Cortázar: “en toda mi obra no he sido capaz de escribir ni una sola vez la palabra «concha», que por lo menos en dos ocasiones me hizo más falta que los cigarrillos”. Cuando el sexo abandona el reino de la elipsis y se vuelve explícito, las palabras exigen al escritor. Las palabras, la palabra. Si Bukowski hubiera vivido en Argentina, ¿cómo habría titulado La máquina de follar? Coger o cojer: esa es la cuestión.




Pedro Mairal abre el juego. En el cuento “Coger en castellano” (incluido en la antología En celo) un argentino que vive en Estados Unidos recuerda las tardes de sexo con la novia de la calle Yerbal:

Chiara se arqueaba toda sofocada, sofocada, medio fucsia las mejillas con el pelo pegado, cogeme Tavo, cogeme, porque cogíamos en castellano, cojíamos así, con jota, con saliva argentina de pronunciar puteadas y ruegos.

-Pareciera que en Argentina se coje, no se coge -dice Mairal-. Por eso quise hacerlo manifiesto en el cuento, con corrección gramatical mi personaje coge con su mujer americana y se acuerda que cojía con su novia argentina. Yo me debato. Creo que dentro de la voz narrativa más objetivada lo pongo con ge, y cuando aparece el habla coloquial lo pongo con jota.

En el Diccionario Etimológico del Lunfardo, Oscar Conde señala que coger viene del uso español: “cubrir el macho a la hembra”. El vocablo llegó a América cuando el conquistador poseía a las indias. Coger, entonces, esconde en el origen una dominación bestial. Sin embargo, para Patricia Kolesnicov, periodista y escritora, autora de No es amor, hay maneras de quitarle el rasgo opresivo:

-Coger, es decir, agarrar, remite a un acto sexual con cierta dominación, alguien que agarrra, que te coge. El régimen sería coger “a”, como en “me cogí a”. El sabio lenguaje cambia el régimen cuando el verbo cede en violencia e implica consenso. En ese caso, “coger con”.

A tono con la diferenciación propuesta por Mairal, quienes se deciden por cojer con jota lo hacen porque comparten un código de pertenencia:

-Aunque seguramente muchas veces haya usado “coger” -reconoce Mariano Blatt, poeta-, lo prefiero con jota porque así visualizo la palabra cuando la digo o la escucho. Creo que los argentinos, o los rioplatenses, cuando estamos hablando y decimos “cojer” lo estamos diciendo con jota.

-¡Cojer! -estalla Marina Mariasch, también poeta-. Cojer, garchar, es con jota. Coger con ge es para los españoles, y es otra cosa.

Una letra dice mucho. Paula Jiménez -Jimenez con jota, tercera poeta encuestada- prefiere cojer con jota porque “la jota es más elegante”. En cambio Iosi Havilio, autor de las novelas Open Door y Estocolmo, es tajante: “cojer con jota se me hace que no coge nada”. Oliverio Coelho y Naty Menstrual, dos cultores del erotismo que transitan por extremos diferentes, eligen la ge porque les resulta más lasciva. Naty Menstrual ejemplifica: la ge remite a “garchar, gozar, gemir, garopa grande, gaporon”. Diego Grillo Trubba, periodista y escritor, responsable de la antología En celo, se aparta, no le da importancia porque “por el contexto de la oración se va a entender sin afectar la rítmica ni la melodía”.

Tomando una tercera posición, Juan Terranova, autor de varias novelas, entre ellas El pornógrafo, dice que prefiere “fornicar”:

-Justo ahora estoy corrigiendo un artículo que escribí para la revista La otra orilla en el que aparece mucho “fornicar” y me lo critican. Pero si tengo que poner coger, sí, pongo “coger”. No tengo una razón, pero siempre me lo imaginé con ge, incluso cuando lo pienso o lo digo. Y es algo en lo que pienso mucho. Trato de que mis personajes no digan “coger”. De hecho, me tendría que fijar pero creo que no hay un sólo personaje mío que use ese verbo o alguna de sus conjugaciones. No tendría problema en poner, por ejemplo, “nos cogieron” para decir “nos ganaron”, pero me costaría usarlo para señalar o describir el acto sexual. A la pija le solía poner “verga” que suena a Siglo de oro, pero también me lo criticaban y critican mucho. Tanto “pija” como “coger” tiene ese sonido áspero de paladar que no tiene mucho que ver con mi idea del sexo, más a asociada a la humedad y a la lubricidad.

Es una decisión. Y parece que una vez tomada, las escritores pueden relajarse y gozar más. Juan Martini no cambia desde hace treinta años, cuando publicó La vida entera:

-Me parece que un verbo tan importante como cojer tiene que tener una escritura significativa. La gente insiste en coger con ge, pero a mí me gusta escribir con jota y para qué estamos los escritores si no es para escribir las palabras como nos gusta escribirlas.



Tomado del blog de Eterna Cadencia

6 comentarios:

Laura Ponce dijo...

>para qué estamos los escritores si no es para escribir las palabras como nos gusta escribirlas.

GENIAL. A partir de ahora escribiré cojer con jota :-D

Fernand Tor León dijo...

Garchar, fornicar, penetrar, copular, mojar, meter, introducir, poseer, yacer, follar, joder, trincar, echarse un polvo, empomar, entubar, culiar, enterrar la batata, remover el estofado, horadar el orificio, en fin, coger y cojer, y cojer y coger, y recontra coger!!!!
Animales somos y lo necesitamos como el aire mismo, o más. Notaron que no dije “hacer el amor”? …

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Tener relaciones? (Siempre me causó gracia porque sonaba a relaciones comerciales, relaciones internacionales, o cosas así)
Te olvidaste voltear y encamarse. También he escuchado "tener cama", "tener buena cama" y, obvio "tener sexo" que me hace reir mucho porque sería más gracioso NO tenerlo como los muñecos de peluche o las mucñecas lisitas entre las piernas.

Fernand Tor León dijo...

Sería gracioso y plástico, pero decididamente muy pero muy pero muy aburrido. ¿Quién no ha jugado con dichos muñecos a "tener relaciones" (inter-anales, jajaja)? Yo tenía un muñeco de la colección "Joe el temerario" y cuando iba a lo de mis primes se pasaba a todas sus muñecas!!! Mis primas gritaban horrorizadas!!!! Jajajaja, en fin.

Anónimo dijo...

Si algo tiene de mágico nuestro idioma es que una misma palabra sirve para verbalizar pensamientos diferentes en diferentes sociedades.
Lo digo porque aquí en España "coger" no tiene ninguna connotación sexual y significa simplemente la acción de sujetar algo con las manos, normalmente una cosa. Pero también "agarrar" algo o algien que se va. O incluso, una forma de pedir que alguien te acerque algo que está lejos de tu lado. Por ello nos resulta difícil darle ese significado que ha tomado (*) en Hispanoamerica.

(*) Esta frase, por ejemplo, aquí queda mas clara si decimos: "Nos resulta difícil darle ese significado que ha cogido en Hispanoamerica.


Lo mismo pasa con "concha" que para nosotros es solo una cascara de animal o un nombre de mujer. Y tiene tanta connotación sexual como si hablaramos de "Pepe", "Juana" o "Rosa".

Sin embargo es curioso y a mi en particular me parece fantástico, como el idioma español evoluciona y se enriquece con sus parlantes. Lástima que en esta decaida España nos estemos vendiendo al extranjero y cada vez mas usemos anglicismos en detrimento del castellano.


Saludos.

Leo dijo...

Bien

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...