Me tiré un rat tipo tres de la tarde aunque nunca. Me dormí mucho. Creí despertarme oyendo los sonidos de mi mamá en la cocina preparando el mate. Lástima que mi mamá está muerta y que su cocina no está en el lugar de mi comedor hacia donde abrí los ojos con curiosidad. Entre el sueño y la vigilia pensé que quizás yo era la made y ella la hija o la que preparaba el mate era mi hija y que las viejas muertas también debían extrañar mucho a sus hijas y a su mamá en esos gestos de todos los días, en los momentos bobos y de supervivencia que son el dormir y el comer o tomar.
Ahí entendí la diferencia entre vivir sola y la compañía cotidiana de la convivencia. Tendría que pensar en buscar un novio. Quizás fuera lindo que alguien pensara en mí todo el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario