Qué maravilla cuando un docente, además de saber lo que enseña, tiene la amplitud, la flexibilidad, la generosidad de mirar a su grupo y cada une de sus estudiantes/talleristas y ver en cada une dificultades y modos de ayudar. Un genio el Suetti. Un manejo divino de los tiempos, de las ansiedades de cada une, de las emociones que cantar activa y los cagazos que interrumpen todo el tiempo.
Nos cantamos todo. En el final ya casi, tiró una dinámica que él llama "karaoke kamikaze" que consiste en pasar a cantar sin saber qué. Pasé y me eligió una pista que por el título creí no cococer. Cuando empezó a sonar casai me muero: era Tonada del viejo amor, algo que estaba perdido en mi memoria porque me lo habrán en señado en la guitarra cuando tenía 8 o 9 años. Me sabía toda la letra de memoria. Después le tiró a otra cumpa una de Natalia Lafourcade y me dijo que yo "la haga cantar". ¿Yo?, dije. Si ni la conozco. Y sí, la conocía. Y sí, la cantamos. Qué placer.
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