Siempre dije que nadie me conocía como realmente yo era. Pero, por otro lado, que nadie podía quererme como realmente yo era (fuera de mis hijos e hija, porsupu, que me conocen y aman desde que nacieron). Pero que él sí me conocía y no me amaba y trataba todo el tiempo de cambiarme y eso era la mejor prueba de que yo no era "amable" al natural y en forma original, que había que modificarme.
¿Y si de repente, digo, de repente, él no pudiera evitar amarme? Aunque lo intentara no pudiera dejar de hacerlo: ¿Qué demostraría eso? ¿Habría yo perdido todas las excusas para evitar ser yo yo yo misma misma?
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