¿Viste que el otro día le dejé mi libro? Ahora dice que leyó un poema, uno, el primero. ¿Y?, le digo yo y le pregunto cuál, como si yo no supiera cuál es el primero. Me dice: "Uno que dice algo de sumergirse, de la propia sangre". No lo dejo seguir, yo también tengo miedo, me adelanto y le digo, superada, "Ah, sí, "Viaje". Y ahí quemamos. ¿Y no seguiste?, le digo. No, me dice, después sigo, de a poco, muy fuerte.
Yo no sé si somos o nos hacemos. Pero los dos para el mismo lado.
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