miércoles, 5 de noviembre de 2014

Cuando renuncias a los favores y migajas

Y cuando renuncias a los favores y a las migajas comienza la revolución. Siempre a escala local y con minúscula. Y posiblemente la fiesta, aunque eso, paradójicamente, implique cierta austeridad, puesto que la opulencia siempre está del lado de la hegemonía.



Beatriz Preciado

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...