No es que sea la primera vez que tengo a un Olivera que parí como alupno: Julián estuvo en mi salón tres años seguidos y sobrevivimos y siempre digo que no sé si él aprendió mucho pero yo, un montón: a adaptar mis consignas, a medir y mejorar mis explicaciones, a retomar, a dar más tiempo.
Pero Ju era más chico y más mansito, Ju y sus amigos y amigas venían a casa y la pasaban bien y, a los 23 años, siguen diciéndome Profe y queriéndome. Rafa es mucho más crítico, mucho más difícil de conquistar, y es nuevo en la escuela y con muchas ideas propias en contra del sistema educativo. Por suerte parece que la literatura y mamita aún tienen una oportunidad.
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