lunes, 24 de marzo de 2014

Ayer la Gruus dijo que lo suyo era "erótico-social"

Los modos de hablarle a la pared

Pasaron ocho años desde el último libro de poemas de Irene Gruss. Ahora llega “La pared”, que reafirma su habitual sintaxis de sinceridad brutal frente a los temas que aborda la poesía.

POR SARA COHEN

Irene Gruss se ha ganado su lugar en la poesía argentina y, como dice Jorge Aulicino en el prólogo del libro editado por Editorial Nudista, su poesía está cada vez más viva. La pared, el último libro de Irene Gruss, es un poema largo. En el año 2008, bajo el título La mitad de la verdad, la editorial Bajo la Luna publicó su poesía reunida y en el año 2007 la nouvelle Una letra familiar, pero el libro de poesía anterior a La pared es La dicha y data de 2004: pasaron ocho años. Capaz de descolocar al otro por su extrema franqueza, Gruss habla con convicción sin por eso ocultar su inseguridad. 

La belleza de lo inútil
-“La pared” no es un muro. ¿Por qué la pared?
-Surgió de ese dicho tan popular de hablarle a la pared. Primero empezó por una cosa personal: cómo uno se relaciona con la gente. Yo quería profundizar esta búsqueda de la escritura que es también cómo hablarle a una pared que no te escucha o te escucha demasiado… pero jamás te va a tirar alguna punta. Cuando yo hablo del No de la pared, es del rebote, porque uno en general reclama: por qué no me sale, por qué no me sale bien, o cómo hace fulano para escribir así, uno cree que se lo manda Dios. En general, como una es impaciente escucha un No, escucha que rebota hasta que el poema sale. En el primer poema diferencio la pared y el muro. En principio, formalmente son cosas distintas: tenés el Muro de los Lamentos, a Alejandra Pizarnik con sus constantes referencias al muro, a Guillermo Boido en su Poemas para escribir en un muro, y yo en cambio quería que fuese una pared tosca y pintada a la cal, quería que fuese coloquial. Yo necesitaba hablar de esa pared. El muro es lírico, nadie escribe una pintada en un muro, lo hace en una pared.
-¿Qué podría decir del período de escritura que media entre la publicación de “La dicha” y la reciente edición de “La pared”?
Si bien La dicha salió en el año 2004, hay algunos poemas inéditos en la obra reunida:Poemas irresueltosEntre la pena y la nada, etc. Son distintas series de poemas; y en cuanto a La pared, se impuso en tanto se me ocurrían distintos poemas sobre eso. Yo lo siento como una segunda parte de Sobre el asma (Edición de la autora, 1995). Hacia fin de año saldrá publicado un libro que contiene las distintas series de poemas incluyendo La pared. Su título es Notas para una tanza.
-¿Cómo piensa el cruce lectura escritura y su implementación en sus poemas?
-Las referencias que yo marco en los poemas son como apoyaturas. Yo me apoyo en algo que por ejemplo dijo Rostand y nadie lo puede decir mejor: “es más bello porque es inútil”, o Marguerite Duras: “destruir dice”, y le doy otra vuelta. Uso ese texto como si me perteneciera para decir: alguien dice destruir, o yo digo es más bello porque es inútil. Lo que pasa es que yo marco la cursiva por un prurito de respeto. Eliot o Ezra Pound utilizaban las citas por conocimiento cultural y a veces te dejan picando, si vos no has leído lo que mencionan te quedás en babia; por supuesto que son sabios y lo manejan como para que esa cita además diga, pero en otros autores esa cita se maneja como “mirá cómo sé”, “mirá cómo leí”, ¿me entendés?, y eso no te conmueve. Como recurso, a mí me interesa que esa cita entre en el poema y conmueva tanto como mi letra.
-¿Cuál fue su momento inaugural con la poesía?
-El momento inaugural para mí fue el Taller de De Lellis, cuando yo estaba en la facultad estudiando Letras y me di cuenta de que yo no quería ni podía analizar, ni ser crítica literaria, que mi trabajo con el logos es prácticamente nulo, que lo que yo realmente quería hacer era escribir poemas, por eso el taller fue para mí tan importante. También lo fue el participar en las reuniones de “El escarabajo de oro”. Lo tengo que decir porque fueron las dos cosas al mismo tiempo. Irene Gruss dijo muchas cosas más pero insistió en algo: en lo importante que era para ella haber sido editada en esta oportunidad por una editorial cordobesa.

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