Hoy me desperté más contenta que de costumbre, tenía ganas de salir, de hacer cosas (cuando lo normal es mi pachorra). Pasé un día genial con mis amigos y cuando ya estaba de vuelta en casa y pensaba deprimirme pensando que mis hijos e hija están uno de joda, el otro en su casa y la nena en Córdoba, cuando ya me estaba acusando a mí misma de no saber estar sola, de soberbia que se reía de lo del "nido vacío", hasta pensando en que de veras tenía que buscarme pareja antes de ahogar a alguno de los tres, me llega un mensajito de Magda que está llegando mañana a la mañana.
Y ya estoy feliz de nuevo. Y ni miras de andar teorizando mis alegrías.
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