MARTES
Este año se está portando bien: ya no tengo que preocuparme por mi estabilidad laboral porque sé que no me faltará trabajo, que quizás me falte dinero que recompense ese trabajo, pero nunca me faltará dónde despotricar contra los niños y niñas que no quieren aprender y los hombres y mujeres que no quieren enseñarles.
Tampoco tengo que preocuparme sobre mi estabilidad familiar porque reconocí finalmente que ya no amo a quien fue el hombre de mi vida. Incluso reconocí que fue para mí poco hombre y que junto a él, "eso" estuvo lejos de ser mi vida. Tampoco mis hijos e hija me dan grandes problemas porque suelen ser las mejores personas que conozco y crecen ya casi sin que yo los fastidie.
Esto hace que me haya quedado sin preocupaciones, lo cual es bastante grave, pero deja tiempo y espacio para lo que una puede hacer sin producir arrugas entre las cejas. Es así que este año me tiene en medio de una novela y con varios cuentos terminados, feliz con lo que soy y sólo me enojo conmigo misma cuando no me dejo ser.
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