A veces no mido si soy caprichosa o pido lo que necesito o qué. La verdad es que hace tres días que Rafael no saca los perris a la calle y yo respiro aliviada. Les mostris andan conmigo afuera y adentro, tienen un montón de espaciio, hasta se pelean entre ellos y yo me evito la angustia de los autos y de les vecines asesines. Sé que Rafa lo hace por mí y se lo agradezco internamente porque tengo miedo de decírselo y de que quiera demostrarme que no tengo razón y todo para atrás.
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