No tienes que ser buena, me dijo Mary Oliver. No siempre aguantar y mascar la rabia y tascar el freno y no devolver con la misma moneda te pagué infeliz. Qué densidad estar siempre sosteniendo que una no es mezquina, ni envidiosa, ni rencorosa, que una siempre hace lo mejor posible aunque les demás... que una no se va a tranformar en mala persona porque les otres...
Sí, todo genial. Pero tampoco el martirologio: acabo de "no hacer nada por alguien", no interceder en su favor, no darle lo que creo que no se merece, no ofrecerle mi lugar, ni squiera meterme en el tema. Tampoco le hice mal, solamente no siento que me competa hacerle el bien. Que se busque la suya. Y no sentir que le debo nada a nadie, que cada une cosecha lo que siembra y yo con mi cosecha no tengo que ocultarla ni compartirla con quien no me ha ayudado a sembrar y a defraudado mis mejores muestras de interés y compartición.
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