Dice Ana Angulo:
“Cuando Sara Chura despierte”, de Juan Pablo Piñeiro. Es una novela única, distinta. Este año cumplió 20 años de su primera publicación e hicieron una gran fiesta en una cervecería paceña para celebrarlo. Y cómo no hacerlo, encontrarse con un texto tan bueno y tan infinito es una celebración para quienes leen.
Sara Chura es todo: un gran apu, una cholita luchadora, un volcán dormido, una tejedora, una “guía” que dirige los pasos y los cambios de personajes. Es todo en todas partes y en todo tiempo. La novela está situada en La Paz en el día del Señor del Gran Poder. La ciudad y la fiesta son parte importante de este gran todo que es la novela. O este tejido. Porque también la podemos leer como un tejido andino dividido en dos mitades complementarias con un centro o taypi, el capítulo “El bolero triunfal de Sara”.
Sara Chura convoca a César Amato, un pax’paku que debe encontrar al cadáver que respira para que ella despierte. ¿Y qué va a pasar cuando Sara chura despierte? ¡Ahhh! No sé que va a pasar en la novela, pero cada persona que lea esta novela va a sentir un pachakuti, un vuelco. Estoy segura.
He leído dos ediciones de la novela: una boliviana, de la editorial Gente común (2010) y la otra argentina, de la cordobesa Portaculturas (2014). Encuentro diferencias entre las dos, por ejemplo puntos apartes que en la segunda edición desaparecen convirtiendo párrafos en grandes bloques o el mayor uso de palabras quechuas o aymaras en la edición boliviana. Son detalles que no pasan desapercibido cuando una tiene que leer “para un curso”.
También hay otra edición boliviana, de El cuervo, con un diseño muy particular. Esta la vi en la bonita librería Wayco.
Al que me quiere leer que me lea: no se pierdan esta gran novela latinoamericana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario