Mi amiga le dijo al novio si su problema era que ella no entraba en su cajita cuando él le dijo que con la excusa de cambiar de idea le mandaba cualquier fruta. Ahora es uno de nuestros tantos chistes internos. Y mirá que el tipo me parece genial y que se la banca bastante bien y estoy segura de que resistirá alegremente a los forzamientos de límites de la loca de mi amiga.
Mientras tanto, en ciudad Gótica, veo gente cansada que tiene grasa en la piel, no se entera ni que el mundo da vueltas. Y además pretende estar siempre en la buena senda y no modificar ni un ápice sus repetitivos y aburrientes pasos. Gente sin swing.
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