Novelita que había recibido sin pedirla durante mi suscripción al club de lectura Sur de Babel. Año 2013. Me había llamado la atención el título y confiaba en el club y en la editorial Entropía. Pero ahí quedó, en un estante cercano a mi cabeza pero a la espera.
Ahora, en el seminario de Paola Cortés Roca, "Literaturas fuera de sí" (Argentina, siglo XXI) tenemos que leer (para hoy) Bajo este sol tremendo de Busquet e Informe sobre ectoplasma animal, del mismo Larraquy. De la novela de Busquet ya hablé por acá, de Informe también: de mi sorpresa, de mi pasmo ante la capacidad de escribir semejante flash y emocionar tanto. Comento algo en feis (¿yo u otro? Ah, sí: yo pego link, Laura Ponce dice qué interesante, le prestan el libro, lo lee y se deslumbra también y comenta). Alguien dice en comentarios que La comemadre, del mismo autor también es muy bueno. Corro a mi estante, allí está, fiel, a la espera.
La leo en un solo día, domingo de Pascuas. Vivo en esos dos mundos, uno en 1907 y otro en 2009, con esa gente desquiciada durante todo ese día. Sigo pensando en ellos y ellas todavía, todo el tiempo. Hoy abriré mi obsesión en el seminario. Todavía no he podido copiar acá ninguno de esos párrafos siniestramente geniales. Debo tener miedo de que algo se escape de entre esas páginas y produzca efectos colaterales. Los experimentos científicos y artísticos, mezclados con amor, pueden ser fatales.
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