Exigirles, con odio y mucho rencor, que los hijos e hija odien lo mismo que una, es más doloroso que pedirles que amen lo mismo que una. Pueden amar otras cosas y una ama sus amores distintos, pero si no odian eso que a una le parece detestable, eso que la hiere y la hace sufrir, parece que la odiaran a una y fueran seres detestables igual que eso que una odia.
Por suerte una sabe que siempre se equivoca, una, cuando de odios se trata.
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