miércoles, 30 de noviembre de 2016
Autopercepción ficcional y amores realistas
Siempre tuve una percepción fantástica de la realidad (a veces hasta maravillosa): Creo en hadas, en duendes, en animales y plantas que hablan; me caigo como Alicia en cada borde de cama, en cada alfombra, en cada escalón, el tiempo es de chicle o un pedo en un canasto, mi noción de individuo es inestable y vacilante. ¿Cómo no amar los cuentos de Silvina Ocampo y las leyendas de todos los pueblos?
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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