Siempre digo que la docencia (más si es en el nivel secundario de la provincia de Bs As) es un viaje de ida. Esos lugares inhóspitos y hostiles llamados escuelas están llenos de gente de todos los humores. Hacer amigos allí no es fácil. Normi es de las gentes que me hacen creer que será difícil pero no imposible: con ella se puede compartir frustraciones y alegrías diminutas, llevar a los chicos y chicas en salida educativa, pelear junto a la asociación estudiantil, organizar actos en los que alguien no se duerma y tomar mate en casa cuando los horarios nos separan.
Además es gran lectora y escritora (aunque ella se ponga colorada cuando lea esto). ¿Qué más se puede pedir?
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